martes, 22 de marzo de 2011

Poema a un pueblecillo omañés



Allá arriba..., muy arriba,
entre una rocas gigantes,
están las cuatro casucas
del pueblo más miserable:
mundo de pobres familias
que de otro mejor no saben,
que allí nacieron, y allí
 viven, mueren y renacen,
tan cerca del cielo azul
como del mundo distantes.
Pueblecillo anacoreta
metido entre peñascales,
nadie pregunta por él,
ni  él ha menester de nadie.
Lleva su rebaño al monte,
labra escasos eriales,
con leche y centeno vive,
de piel de cabra su traje...

Juan Menéndez Pidal.
Poesías. 1913.

martes, 15 de marzo de 2011

El yacimiento paleontológico de Valdesamario, objeto de estudio del CSIC

            El territorio de Omaña, en su parte norte,  es uno de los más antiguos de la Península Ibérica. Corresponde al llamado macizo Hespérico y se remonta al período Pre-Cambrico de la Era Cenozoica, la más remota de las Eras geológicas en que se divide el tiempo a partir de la formación del relieve de la Tierra.  
          En la parte sur de Omaña, sin embargo, ya existen vestigios de los            plegamientos de la superficie terrestre muy posteriores. En el Valle de Samario, concretamente, hay huellas del período Carbonífero, de una antigüedad de  trescientos millones de años. En el Carbonífero, se plegaron grandes extensiones de terreno,  resultando enterrada la materia orgánica de los seres vivos que hasta entonces vivían en su superficie,  y dando lugar, con ello,  a la formación del petróleo y el carbón. De éste, en concreto,  proviene el nombre de ese importante período geológico carbonífero, al que pertenecen  las huellas vegetales halladas en las rocas  sacadas a la superficie en una ya antigua explotación minera a cielo abierto del lugar de  Bigaña. Ahora, este  importante Yacimiento Paleontológico de Valdesamario gracias a haber sido incluido en el plan MINER, ya está siendo estudiado por el Consejo Superior de Investigaciones Ciéntíficas (CSIC) y el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, por un equipo conjunto dirigido por doña Carmen Diéguez. De Omaña nº 1. 2007.

              Tronco fósil de un árbol del Carbonífero. Yacimiento de Valdesamario. Foto: M. Luna.

domingo, 13 de marzo de 2011

Una parte hoy destacada del planeta Tierra: Omaña, Reserva de la Biosfera


                                                                  Ejemplar de mariposa de Omaña (León). Foto: M. Luna

Grande es la importancia que debe tener para todos los omañeses el hecho reciente de que una institución mundial como la UNESCO, en su afán por velar  por los valores ecológicos, biológicos, humanos y culturales de la Tierra, en el año 2005 haya atraído la atención del mundo sobre una porción del territorio del Planeta,  para declarar pública y notoriamente como Reserva de la Biosfera a los Valles de Omaña y Luna.  

El objetivo de esta preciada declaración, vigente sólo por diez años, no es otro que el de conseguir que el entorno geológico, geográfico,  paisajístico,  etnográfico y humano de Omaña, así como las especies autóctonas omañesas de animales y plantas,  tengan la debida protección por parte de todos: los naturales de Omaña, los oriundos, los amigos, los visitantes, etc.  Y,   en especial,  por parte de las Administraciones públicas, a fin de que, por mucho más tiempo de esos  diez años inicialmente concedidos, Omaña pueda conservar su título, compartido con la comarca de Luna,  de  preciada RESERVA NATURAL DE LA BIOSFERA. 
                                                 

sábado, 5 de marzo de 2011

Portada y editorial del nº 1 de la Revista De Omaña


Esta revista cultural y comarcal, de Omaña, nace con el espíritu de servir de medio de comunicación y de nexo en la CULTURA y en la COMARCA a todos y a todas los omañeses y omañesas, sea cual sea su edad,  condición y adscripción política. Porque lo importante no es lo que desune y enfrenta a los seres humanos que comparten un mismo ámbito territorial -sea España u Omaña-, sino todo lo contrario: Lo que cuenta de verdad para todos los que viven o residen temporalmente en un mismo TERRITORIO -sea nacional o comarcal- es el BIEN COMUN y la  CULTURA que a todos por igual, sin distinción,  verdaderamente les importa. Y no creo ser demasiado osada al afirmar que, por encima de nuestras diferencias -de edad, género, situación socioeconómica, creencias o ideologías, que sólo artificiosamente nos separan-, a todos los que,  de una manera u otra,  somos hijos naturales o adoptivos de la comarca omañesa -formada por todas las tierras que vierten al RIO OMAÑA-  nos une algo muy importante, que es necesario conservar: el amor a  esta maravillosa TIERRA de Omaña y a todas sus formas de cultura. Una tierra -Omaña, NUESTRA OMAÑA-  que, por imperativo ético y legal y por respeto en ella a la naturaleza y a la civilización, hemos de  conservar íntegra e impedir que sea degradada,  a fin de poderla legar con orgullo y amor a las generaciones futuras.